martes, 3 de junio de 2008

Sobre la Participación como Vía para la Educación Liberadora en el Desarrollo Endógeno.

Amo la paz por variadas razones:

una es porque el canto del trabajo

se une al color solar de los limones.

Y porque los programas populares

producirán tractores y cerezos.

todo lo hace el amor y los amores

del pueblo en su batalla y su proceso.

Fragmento del verso: Son los de Ayer.

Pablo Neruda. 1974. Testamento poético.

A propósito de desarrollo endógeno son muchas las interrogantes, problemáticas y contradicciones que se generan para tratar de entender los postulados y la profundidad de los nuevos signos, lógicas y métodos multidimensionales de una causa que busca romper viejos paradigmas y estructuras económico-sociales y políticas pensadas, razonadas y establecidas con la finalidad de mantener una situación de dominio, exclusión y depredación de los recursos del planeta verde, nuestro mundo, el lugar de la raza humana.

Desde esta perspectiva, muchas de esas contradicciones han sido pinceladas, como brochazos sobre la rusticidad de la pared, desde diversos medios de información y formación, ex profeso con el fin de orientar los procesos educativos hacia la consecución de modos de vida donde predomina, como objetivo principal, un modus vivendi de egoísmo, individualismo, egocentrismo y el fomento de los mas bajos instintos de la raza humana, en un azaroso correveidile de hechos y deshechos que lleva consigo, con desacierto humano, a un proceso irreversible de destrucción de la vida sobre el planeta.

En contraste surgen, desde el alma creativa, soñadora, romántica y de amor de los humanos, nuevas lógicas y métodos para la vida, para la conservación del planeta: para lo colectivo, la cooperación, el compartir, la mancomunidad, el aprovisionar, el aprender, el crear e innovar, en un quehacer continuo de vida, de colores y contrastes, de ideas y creaciones, de potencialidades y sentimientos para darle continuidad y calidad de vida a las personas, entonces se propone el revertir de modos de vida del “hacer para mi” por el “quehacer para todos” a través del desarrollo endógeno, que es una concepción “biocéntrica” del desarrollo”, centrado en la vida, opuesto a la concepción antropocéntrica, centrada en el hombre como individuo.

Para esta forma de convivir, el desarrollar es des-arrollar, permitir que lo que estaba oculto sea desplegado. Pero ¿Qué es lo que se despliega cuando se trata del hombre?, si reconocemos al hombre como una construcción histórico-cultural, entonces lo que se despliega son las posibilidades del quehacer social, es decir el desarrollo de la sociedad desde sus propias potencialidades y vocaciones. Se trata de concebir el desarrollo como una pregunta que interroga a la sociedad desde los aspectos más elementales de su funcionamiento hasta su núcleo de identidad colectiva.(1)

En otra palabras, necesitamos nuevos procesos, nuevos paradigmas que nos permitan contribuir con ese despliegue del quehacer social del hombre desde sus sueños, cotidianidad, complejidad, capacidad de entrega, fortalezas y deseos y eso solo puede realizarse desde una nueva educación, desde un nuevo paradigma de enseñanza-orientación- aprendizaje donde sea el hombre en sus propias vivencias el que descubra las razones y sinrazones del conocimiento útil para la vida, para la comunidad, para la tierra, por el Universo, para la libertad.

Por eso, el desarrollo endógeno necesita para su concreción una nueva forma de concebir la educación-aprendizaje que permita el logro de las imágenes objeto, desde la problematización en las comunidades, involucrando a todos los actores, interesados y afectados como una forma de definir lo bueno para esta sociedad.(1) Por esta razón estaríamos hablando de una educación para y en libertad: Educación Liberadora de Freire(2), educación para el quehacer hacia la conciencia de la humanidad, con una concepción humanista, con respeto al ser Humano, con personas formadas para crear en el mundo y no para adaptarse al mundo, donde se comparta el poder y el derecho de transformar el mundo.

Por consiguiente, hablamos de una educación opuesta al proceso opresor de la lectura de texto donde, según Freire, el oprimido en el papel pasivo y depositario del saber cree descubrir la liberación en el modelo del opresor, la propuesta por lo contrario ofrece saltar del texto opresor al lector, es decir considerar el lector como sujeto en el acto de leer en el proceso de descubrirse en su conciencia de depositario del conocimiento a sujeto del proceso educativo y luego en la construcción de sus propios procesos y esquemas de aprendizaje, que ya no son para el educando sino con el educando.

De igual modo, el desarrollo endógeno impone romper los arquetipos de una educación opresora donde existe un plan para cada día y cada actividad es programada en una característica aproximación lineal; evaluaciones que acentúan la pasividad y que buscan que el educando repita la información depositada; como los textos: libros con su estructura cerrada y que responde a la modernidad en su proyecto de control del conocimiento, del texto, de la información es decir del poder; y la sala de clase, necesaria, pero que se convierte en extensión de la organización cerrada cuando se enclaustra en la rigidez de un texto a seguir, cuando el educador dicta la clase el ambiente se convierte en el espacio donde se transmite y deposita la información.

Asimismo se destaca, la paradigmática posición de los educadores anclados en la educación bancaria que ellos recibieron, que les dificulta evadir la emulación de lo que ellos vieron en sus maestros y que aceptaron como “ideal educativo” (2) donde el educando se transforma en el que no sabe, en un proceso donde no se ha podido eliminar la distancia entre el saber formal y el saber informal que se basa en las experiencias.

En otra dirección, Freire (2) destaca el ideario que debe enfatizar la relación educador-educando cuando expresa. “es preciso que el educador sepa que su “aquí” y su “ahora” son casi siempre un allá para el educando” es decir que el sueño del educador no debe partir de su propio “aquí” sino del aquí del educando de sus sueños, de sus necesidades, experiencias, de sus potencialidades y oportunidades. Para esto se hace necesario nuevas arquitecturas en las estructuraciones de los procesos educativos, desde lo tecnológico y lo pedagógico deben surgir herramientas, quehaceres, interacciones y acciones que permitan la concreción de nuevos paradigmas.

De esta manera, Gómez señala la importancia del hipertexto, como sustitución a la estructura cerrada del texto, para la consecución de la educación liberadora como herramienta vital de la Estrategia Sostenible Educativa en el desarrollo endógeno. La arquitectura postmoderna marca los momentos en que se acentúan los cambios paradigmáticos. Se comienza la entrada a un mundo antrópico, dinámico, el quehacer como conciencia del devenir, donde la información interesa por lo que esta llegando a ser por su interacción con un quehacer individual hacia lo colectivo.(2)

En este sentido, el hipertexto se presenta como antítesis del libro, como respuesta de los intereses del colectivo hacia nuevas formas de aprender y aprehender, otros son, también, los planteamientos de la educación liberadora con respecto a los planes de estudios: estructura y libertad que parecieran dos conceptos contrapuestos, en Freire, la libertad no implica carecer de estructura dinámica. El hipertexto puede proporcionar la libertad en la estructura es decir presentar la planificación como estructura no lineal y temporal, donde el educando tenga el libre albedrío de a través de diferentes enlaces léxicos, que constituyen una red y pueda, con toda la fuerza que le da el poder decidir, estructurar y ordenar la información construyendo su propio camino de aprendizaje.

A tal efecto, la evaluación se debe convertir en un proceso de desocultar, alcanzando la comprensión del objeto descubriendo sus relaciones con otros objetos,(2) en un proceso de crear y recrear los elementos convirtiendo la evaluación en práctica del aprehender-aprender, donde el educando puede expresar no solo lo aprendido, sino también, el camino seguido para conseguirlo. Con respecto a la lectura, esta debe considerarse en si, solo si la intencionalidad es ser critico, curioso, conocer y comprender lo que se lee o estudia, el hipertexto, por su estructura abierta, la posibilidad de acceder a diferentes niveles y entramados por medio de lexías y enlaces se convierte en una herramienta de dialogo abierto con el autor y su contexto sociocultural.

Por tales razones, el aula de clase puede ser transformada, con la ayuda del hipertexto, en punto de encuentro, de dialogo, donde los aprendizajes por medio de la lectura puedan ser compartidos como experiencia, contrariando la posición tradicional de el profesor dicta y el alumno copia sin posibilidad de encuentros y desencuentros léxicos, dialógicos y contextualizados. Al respecto, se destaca la educación en ambas corrientes como directiva, ya sea en autoritaria tradicional o democrática en el quehacer, ya que solo cuando la educación interfiere en la capacidad de crear del educando se convierte en manipuladora. Surge entonces la necesidad, de contar con educadores que enseñen al educando a aprender a aprender al aprender la razón de ser del contenido u objeto, he ahí la importancia del hipertexto que a través de sus múltiples enlaces y lexías permiten al educando optar o no, por seguir los diferentes enlaces que el educador haya puesto estratégicamente para señalar los contenidos que el considera fundamentales.

Es decir el educando, decide que aprender y como aprender, y el hipertexto le brinda múltiples posibilidades de que el educando tenga diferentes lecturas del mundo y no la lectura del “mundo del educador” sea que este quiera o no imponérsela, de esta manera el educando a través de sus lecturas del mundo, sean estas antagónicas o contradictorias, puede crear o recrear un mundo surgido de la dialogicidad, del encuentro y del desencuentro, es decir de su convivir y comprensión del mundo. Estamos entonces en sintonía con una nueva educación que pretende transformar el paradigma de educar como transferencia, transmisión o depósito del saber, la cultura, técnicas, informes o hechos, sino en una educación para la libertad, para el quehacer donde se busca el conocimiento y donde el educador tiene como tarea problematizar a los educandos y el contenido que los mediatiza.

De esta manera, podríamos concluir en esta definición de una forma de educación para el desarrollo endógeno, y entonces, surge la interrogante del ¿cómo hacer para la concreción de un proceso educativo que se adapte a las necesidades de las comunidades y que promueva el desarrollo endógeno como razón de vida de las mismas? Quizás, la respuesta este en la Participación de las comunidades en la construcción de un proceso educativo que enlace las múltiples dimensiones de estas, sus carencias, potencialidades, sueños, necesidades, su fuerza transformadora, que haga converger en un esfuerzo mancomunado los intereses del estado, a través de sus instituciones, que cree una base solida de participación comunitaria, que integre los esfuerzos de las individualidades de la comuna humana en una malla de sostenibilidad y sustentabilidad que forje calidad de vida como imagen objetivo y conserve la biodiversidad para las futuras generaciones.

De forma determinante, el desarrollo endógeno, requiere de un proceso educativo, consustanciado con la participación y el empoderamiento, con un poder estrictamente relacionado con el concepto de ciudadanía, no con el poder malévolo y distorsionado del egoísmo, el egocentrismo e individualismo, sino que destaca una ciudadanía capaz de realizar proyectos que van de lo personal a lo comunitario, a lo colectivo, además de contar con los esfuerzos de la energía comunitaria que los haga posibles a través de la participación, y en esto el papel de la educación es fundamental, la educación debe contribuir a construir en un ejercicio de creación colectiva la ciudadanía que emerge, como la luz de las aguas, como el poder de los movimientos sociales y su capacidad de aunar esfuerzos, organizarse, articular potencialidades y producir colectivamente.

En conclusión, el empoderamiento queda definido como la capacidad endógena de desarrollar poder, poder que adquieren los ciudadanos y que se manifiesta en las posibilidades de elegir, decidir y actuar en las dimensiones de su complejidad tanto individual como colectiva, de ahí la importancia de que un plan educativo para el desarrollo endógeno se pueda considerar a través de la participación de los ciudadanos en las dimensiones sobre las cuales actuar, por tal razón variables como: lo social, lo económico, lo cultural, lo ético, lo tecnológico, la seguridad y lo político se convierten en parámetros que deben guiar cualquier estrategia educativa, sin olvidar que para el desarrollo endógeno, tienen su sitio los métodos y nuevos paradigmas para la enseñanza-aprendizaje, establecidos por Freire en su Educación para la Libertad, Educación Liberadora, Educación para la Vida.

Algunas Referencias Bibliográficas.

(1) Ochoa, A. (2008) Aprendiendo en torno al Desarrollo Endógeno. 1ra. Edición. ULA. Fundacite. Cdcht-Ula. P-22.

(2) Gómez, J. (2008) La Pedagogía Liberadora de Paulo Freire y el Hipertexto. Mimeo.

(3) Zambrano, A (2005) Participación y Empoderamiento Comunitario: rol de las metodologías implicativas. X Congreso del CLAD. Santiago, Chile.

(4) Eje de Formación Sociopolítica: El Ideario Bolivariano. Mimeo.