Considero de sumo interés los aportes con los que iniciaron este Foro, el primero dirigido a establecer las características (mas bien perfil) del educador, promotor del desarrollo endógeno presentado por Norelis y las características de
Por tales razones, quiero destacar las reflexiones hechas por el profesor Muhammad Yurus, referentes a la educación que impartía en sus clases en la universidad Dhaka, al observar la pobreza existente en sitios aledaños a la misma, que lo llevó a establecer las siguientes interrogantes: ¿De qué sirven estas clases a los estudiantes y comunidades aledañas? ¿En qué contribuyen los conocimientos impartidos para conseguir las respuestas a los problemas claves de las poblaciones pobres? ¿Qué sucede fuera de las aulas de clases? ¿Cuál es la realidad económica de las comunidades y para que sirven estos conocimientos?, incógnitas que son de sumo interés, por que las respuestas podrían establecer bases para pensar en una educación nueva para el desarrollo endógeno, para la solución de problemas de las comunidades basados en lo que estas requieren y quieren.
En este sentido, las interrogantes ponen el “dedo en la llaga” de un quehacer universitario simplista y ramplón que hemos arrastrado durante tantos años, una educación lineal, retrograda, sin sentido y descontextualizada, que busca solo el suministro de mano de obra “titulada”, y de esta manera cumplir con uno de sus objetivos perversos, el poder sobre el conocimiento de una estructura de poder político, económica y social excluyente. Esta situación responde a las inquietudes, del profesor Yurus sobre esa educación “bancaria”, y nos lleva a plantear como contrapuesta una nueva forma de educación esta vez para el Desarrollo Endógeno, para la liberación de los pueblos y comunidades, toma de decisiones colectivas con el respeto de las individualidades, basada en los poderes creadores del pueblo y en su participación democrática.
Sumado a esto, Mas Herrera (2008) establece algunos criterios que darían un buen principio para determinar formas y estrategias para
En otras palabras, lo que se propone, como punto primordial para el arranque de un plan educativo para el desarrollo endógeno, la realización de un Diagnóstico Participativo que nos permita conocer las inquietudes, potencialidades, debilidades y necesidades de las comunidades en cuanto a su formación y educación, su motivación hacia la participación en los procesos educativos, qué y cómo quieren aprender, es decir una educación pertinente a las características de la comunidad y construida por sus integrantes.