En el momento histórico en el cual estamos viviendo, se hace necesario que la educación sea concebida para transformar socialmente al individuo, en este sentido, la academia debe ser medida por la capacidad de contribución a eliminar la pobreza, por su justicia y pertinencia social, por su identidad nacional, por su respeto a la diversidad étnica y pluricultural y por su relación y semejanza con el perfil de sociedad forjada en la constitución vigente. Este modelo educativo debe presentar además de lo señalado las siguientes características:
- Cumplir con su papel como factor esencial en el desarrollo humano, dando respuesta a las necesidades de la sociedad.
- Reafirmar la conciencia en los grandes valores del hombre.
- Promover cambios en la cultura y las políticas, profesionales y ciudadanas.
- Formar ciudadanos capaces de interpretar la realidad y buscar formas de cómo cambiarlas.
- Fomentar el respeto colectivo, la diversidad y la justicia social.
- Construir espacios abiertos que promueva el dialogo de sujetos activos críticos y reflexivos frente a su realidad.
- Enfatizar en la participación activa de la gente, en el ejercicio de sus derechos y deberes ciudadanos a favor de una mejor calidad de vida.
- Propiciar la comprensión de las diferencias culturales e iniciar la mediación que se requiere para lograr la igualdad social por medio de una transformación del proceso educativo.
- Incorporación de las comunidades rurales al trabajo de las universidades, fundamentalmente agrícola para promover el desarrollo productivo del país.
- Diseño de programas educativos que consideren el entorno sociocultural y prácticas educativas innovadoras, socio-comunitarias para la transformación social y el desarrollo humano sustentable.
- Desarrollo de políticas educativas que se relacionen con los cambios que se viven actualmente en nuestro país.
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